18 noviembre 2020

EL PALACIO DE CNOSOS

 El palacio minoico de Knossos (o Cnosos) es una de las metas turísticas de Creta y destino imprescindible en nuestra visita a la isla.

Tanto si somos apasionados de la historia, como amantes de la cultura griega clásica, o del arte sin más, los restos de la gran ciudad cretense, villa y palacio del rey formaron parte de la ciudad más importante de la cultura minoica. Las piezas murales y esculturas que podemos visitar principalmente en el museo arqueológico de Heraklion, son únicos en su especie, y especialmente visuales.




El esplendor de la cultura minoica se puede medir con el mayor de edificio que alzaron, que ocupaba 17.000 m² y albergaba alrededor de 1.500 estancias. Los reyes minoicos lograron crear en Knossos un centro de poder político, administrativo, comercial, y también religioso.

El palacio se levanto hacia el 2.000 a. C, y tres siglos después sufrió el terremoto que diezmó su estructura, siendo reconstruido, pero degradándose paulatinamente hasta el 1.400 a. C. cuando se abandona definitivamente.

Al iniciarse el siglo XX el «arqueólogo» sir Arthur Evans emprendió unas excavaciones que sacaron a la luz el yacimiento, pero que conllevaron una restauración y reinterpretación muy discutida y subjetiva de los restos hallados



La relación que se ha atribuido a Knossos con la mitología, y en concreto con el laberinto del minotauro, es uno de los mejores eslóganes turísticos que puede tener.

La mitología fija en Knossos, la residencia del rey Minos, que mandó a Dédalo construir el laberinto donde se encerraba al minotauro. El «monstruo» se alimentaba de humanos que se llevaban en sacrificio para saciar al minotauro. Su destino final fue morir a manos de Teseo que logró salir del laberinto gracias al hilo de Ariadna que le permitió conocer la salida.



Qué ver en el Palacio de Knossos

Las cosas más destacadas y a las que debemos dedicar más atención (si es con un guía mucho mejor) son el patio central, el piano nobile, el fresco de los delfines, los almacenes que contienen las gigantes vasijas (pithoi), el salón del trono, la sala de las hachas dobles, la gran escalera,la puerta sur del complejo, y el corredor del Propileo norte con el fresco del famoso toro embistiendo, símbolo de Knossos y de la cultura minoica.

La visita se articula de forma que podemos ver desde plataformas elevadas todo el complejo sin degradar los restos. No es nada accesible para personas con problemas de movilidad.

La Sala del Trono de Knossos

Se trata de uno de los edificios más emblemáticos del palacio, y lo notaremos por las colas que se forman para acceder. De hecho cuando se satura de turistas, los responsables del yacimiento casi no permiten pararse a apreciar ni un minuto la sala del trono.

En el interior podemos observar una amplia habitación decorada con frescos, el trono de piedra, y varias cámaras con una pila donde se realizaban los rituales de purificación antes de los sacrificios en honor de los dioses.



El Patio Central

En el corazón del palacio, el patio central estaba rodeado por altos muros durante la época minoica. Las habitaciones que daban al lado occidental del patio tenían propósitos oficiales y religiosos, mientras que los barrios residenciales estaban en el lado opuesto.

Este patio medía unos 1.400m2, y era el centro de la vida cotidiana y también era el lugar donde se celebraban rituales típicos de la época.

Almacenes

Como su nombre indica, los almacenes del Palacio de Knossos servían para guardar las llamada Pithoi, unas tinajas enormes que podían almacenar hasta 200 litros y que hoy en día se siguen encontrando en Grecia. Fabricadas en barro, eran utilizadas para guardar aceite, vino, cereales, aceitunas. También las puedes encontrar en el museo arqueológico de Heraklion.



Sala de las Dobles Hachas

La  Sala de las Dobles Hachas es una espaciosa habitación doble, posiblemente donde el gobernante dormía y realizaba tareas judiciales. Toma su nombre de las marcas de doble hacha (labrys) en su pozo de luz, un símbolo sagrado para los minoicos y el origen de la palabra ‘laberinto’.

Fresco de los Delfines

Este hermoso fresco de los delfines llama especialmente la atención por su belleza. Se encuentra en la habitación que pertenecía a la reina del Palacio de Knossos, y dispone también de una bañera y un lavabo




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