23 noviembre 2020

MEJORES LUGARES TURÍSTICOS DE ESTAMBUL SEGÚN LA GUÍA MICHELIN


BARRIO DE SULTANAHMET ***



En posición dominante sobre la punta del palacio, en la desembocadura del Cuerno de Oro, el barrio de Sultanahmet ocupa la primera colina, feudo de la antigua Bizancio y corazón político y cultural de la ciudad bizantina y otomana. Pocos lugares del mundo concentran en un perímetro tan pequeño tantas maravillas arquitectónicas, testigos de las civilizaciones más desarrolladas. Este barrio, que hay que descubrir andando, cuenta con una excelente infraestructura turística. Es una especie de museo vivo, plenamente volcado en su glorioso pasado.


BASÍLICA DE SANTA SOFÍA ***


Símbolo de la gloria bizantina en todo su apogeo, santuario sin par concebido "a escala divina", la basílica de Santa Sofía (s. VI) será transformada en mezquita en el s. XV y luego en museo en 1935. Algo pesada vista desde el exterior, suscita bajo su majestuosa cúpula nervada (56 m de alto, 31 m de diámetro) una admiración casi mística: luces cenitales que se clavan en el suelo, multitud de mosaicos dorados bizantinos, bosque de columnas con capiteles primorosamente tallados, espléndidos revestimientos de mármol verde, blanco y rosa. Una visita memorable


PALACIO DE TOPKAPI ***



El harén con sus eunucos, sus intrigas, el lujo y la voluptuosidad: el palacio de Topkapi nos propulsa a un Oriente mítico... el de los mil y un tesoros y otras tantas fantasías. Las celosías filtran los misterios de un palacio laberíntico en el que residieron las sultanas del Imperio otomano. Un fastuoso espacio sellado erigido del s. XV. al s. XIX. Verdadera ciudad dentro de la propia ciudad, Topkapi y su desenfrenada riqueza arquitectónica y ornamental, que nos ha llegado intacta, inmersa en una página de la Historia tan espectacular como exótica. Un sueño real que tendrá que compartir con una multitud de turistas boquiabiertos que se apelotonan sobre todo en la impresionante sala del Tesoro, presidida por un trono de 250 kilos de oro macizo engarzado con diamantes y esmeraldas.

MEZQUITA AZUL ***


La mezquita Azul parece querer desafiar a la basílica de Santa Sofía oponiéndole la gracia de sus líneas. Su nombre se lo debe a su fundador, el sultán Ahmed I, y su sobrenombre a los 20.000 azulejos de İznik que la cubren de azul. Esta obra realizada por Mehmet Ağa entre 1609 y 1616 es la última gran realización imperial de Estambul. La sala de oración, totalmente alfombrada, recibe la luz a través de 260 ventanas y está coronada por una cúpula de 43 m de alto.

IGLESIA DE SAN SALVADOR DE CORA ***




La iglesia de San Salvador de Cora, construida a finales del s. XI en el solar de un monasterio del s. VII, atesora uno de los conjuntos de mosaicos bizantinos más bellos del mundo y admirables frescos (s. XIV). Estas obras comparten con sus equivalentes italianos la búsqueda del realismo y la sensibilidad, materializando con ello las tendencias estéticas de la última edad de oro del arte bizantino: colores deslumbrantes, rostros poéticos, finura de trazos, realismo de los drapeados, proliferación de detalles anecdóticos...

MUSEO DE ANTIGÜEDADES DE ESTAMBUL ***



Una de las mejores colecciones de antigüedades clásicas del mundo... Pasada la monumental estatua romana de Bes, no deje de ver el llamado sarcófago de Alejandro (s. IV a.C.), decorado con magníficos bajorrelieves de mármol blanco, entre ellos el de Sidamara, los frisos del templo de Hécate ni el efebo de Trales, admirable por su delicadeza. También se presta atención a las civilizaciones de Anatolia -en particular Troya-, Siria, Palestina y Chipre. Un ala pone el foco en Estambul y su región.


CISTERNA BASÍLICA DE ESTAMBUL **


Lo que los otomanos bautizaron con el nombre de Yerebatan Sarayi (palacio sumergido) es en realidad un aljibe subterráneo bizantino (s. VI) que abastecía el palacio del emperador Justiniano. Los hábiles juegos de luces combinados con el "concierto" de las gotas de agua añaden magia a una visita ya de por sí insólita: el recorrido se hace por una plataforma de hormigón a través de un fantástico bosque de columnas magníficamente restauradas, que brotan del agua reflejándose en ella.

GRAN BAZAR DE ESTAMBUL **


El Gran Bazar es un universo estimulante y bullicioso que confunde los sentidos con sus miles de tiendas y talleres, sus caravasares, almacenes restaurantes fuentes, bancos y su mezquita, todo organizado en un dédalo de callejas abovedadas a rebosar de mercancías. Este gigantesco mercado cubierto, en tiempos el mayor del mundo, surgió en el s. XV. Curiosear es una delicia que roza la embriaguez y comprar un ceremonial hecho de interminables regateos.

 PALACIO DE DOLMABAHÇE **


En el s. XIX, los sultanes empezaron a ver Topkapi como un lugar oscuro y anticuado y cedieron a la tentación de la modernidad europea. El resultado fue la construcción de un palacio más occidental en el estilo barroco que por aquel entonces se llevaba en Francia. El palacio de Dolmabahçe se compone de una sucesión de salones, gabinetes y despachos que acaba formando un increíble laberinto de mármol, dorados y cristal. Dentro de él, destacan la gran sala de recepción de los embajadores, los baños, la sala del trono y el harem.


MEZQUITA DE SOLIMÁN ***



Sinan (s. XVI), quien soñaba con superar a los arquitectos griegos de Santa Sofía, realizó aquí una de sus obras maestras con la intención de ofrecer a Solimán el Magnífico una joya digna de su reinado. La mayor de todas sus mezquitas incluye cinco madrasas, una cocina, un hospicio, un hospital y un hammam. El interior resulta impresionante: 138 ventanas, exquisitas caligrafías, azulejos, columnas de mármol... Desde los jardines aterrazados, la vista desciende hasta el Cuerno de Oro.


PALACIO DE BEYLERBEYI **



El palacio Beylerbeyi surge frente a Ortaköy al otro lado del puente. Esta antigua residencia de verano cubierta de mármoles y rodeada de jardines fue construida en 1865 para el sultán Abdülaziz (1830-1876), que recibía en ella a sus huéspedes más ilustres, entre ellos Eugenia de Montijo. El estilo ecléctico de sus salones mezcla influencias occidentales y gusto orientalista. El broche lo ponen el gran salón del bajo y su inmenso estanque rococó, que aportaba un poco de frescor cuando apretaba el calor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario